Milán firmó una semana de cambio de era: debuts, cine como pasarela y una despedida histórica. Entre ellos los desfiles de Prada, Gucci, Bottega Veneta, Dolce & Gabbana, Diesel, Ferragamo y Versace —con el adiós de Giorgio Armani—, el mapa estético de SS26 se movió bajo nuestros pies.

1) Moda-cine: la colección proyectada (Gucci)
Gucci abrió con película: Demna eligió un estreno cinematográfico para presentar su primera propuesta, desplazando el desfile tradicional y colocando el foco en el relato audiovisual como contenedor de moda. Un gesto de reset para la casa y una señal de hacia dónde se mueve Milán.




2) Trama, piel, memoria: la nueva materia de lujo (Bottega Veneta)
Louise Trotter debutó en Bottega Veneta con una lectura íntima del archivo: intrecciato revisitado, cuero escultórico, flecos ombré y siluetas amplificadas. La tesis: el lujo se define por textura y oficio antes que por logo.




3) Arquitectura transparente (Prada)
En Prada, Miuccia y Raf disolvieron las prendas hasta dejar tubos de gasa, sujetadores convertidos en velos de chiffon y boilersuits de vuelta a lo esencial. Transparencia con estructura: la ligereza como construcción, no como capricho.




4) Anti-exclusividad radical (Diesel)
Glenn Martens dinamitó el ritual elitista: un egg/treasure hunt urbano y un desfile “for the people”, presentado a público y prensa a la vez. Denim tratado, transparencia industrial, utilitarismo pop y un espíritu de apertura democráticacomo gesto político de marca.




5) Glamour meta y “dressing without rules” (Dolce & Gabbana)
Front row convertido en plot twist: Miranda Priestly (sí, el universo Devil Wears Prada) y Nigel ocuparon primera fila mientras la pasarela jugaba con pijamas elevados, lencería insinuada y códigos icónicos de la casa filtrados por un humor autoconsciente. Un show que hizo de la performatividad del vestir su narrativa.




6) ‘20s soigné, versión lounge (Ferragamo)
Maximilian Davis miró a los años 20 para cincelar un soigné de salón: fluidez satinada, siluetas depuradas y sastrería que se desliza. Un ejercicio de contención sensual que afila el vocabulario de la casa.




7) Provocación con método (Versace)
Debut de Dario Vitale: denim apretado sin cinturón, espaldas al aire, chalecos cortados al láser y vestidos que rozan el escándalo. No es nostalgia: es espíritu Gianni reinterpretado desde el hoy.




La elegancia como despedida (Giorgio Armani)
La semana cerró con un homenaje a Giorgio Armani: sastrería blanda, azules y verdes “Pantelleria, Milan”, piano en directo y un silencio cargado en Brera. Un final que es, también, brújula para entender por qué Milán importa.




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