¡Sí que te lo has planteado! Quizás estás leyendo este artículo porque acabas de apuntarte o quieres estudiar la carrera de asesoramiento de imagen, pero aún queda flotando alguna que otra duda en el aire.
Cuando conocí la existencia de esta carrera en el 2008, no estaba segura de que fuera algo a lo cual podría dedicarme. Estaba cursando mi carrera de periodismo, con la meta de escribir en revistas y hasta quizás aparecer en la TV, pero no más allá de eso porque ya saben… la estructura de estudiar algo puntual de lo cual uno pueda presumir un título «oficial» era importante.
Sin embargo fue en el 2008 cuando por curiosidad tomé un curso introductorio muy breve, que me dio un pantallazo de lo que podría hacer con el asesoramiento de imagen, lo que me llevó a pensarlo como un camino profesional. Y recién en el 2011 mientras cursaba una maestría (también de periodismo), cuando finalmente me dije «quiero hacer esto».
La vocación y el servicio desde el asesoramiento.
No es lo mismo gustar de una carrera que sentir que puedes servir para ello. De hecho conozco muchas colegas que se han entusiasmado con la idea del contacto cercano con la moda, marcas y eventos, pero cuando se trata de ofrecer servicios sienten un bloqueo fuerte, e incluso toman la decisión de no ejercer desde ese lugar sino solo creando contenido o teniendo la carrera a manera de pasatiempo para conectar con la moda de una forma más light. Y no las culpo. El asesoramiento de imagen es una carrera que demanda muchísima vocación de servicio y hasta uno termina desarrollando aptitudes relacionadas a la psicología precisamente por el nivel de entrega que hay en las sesiones.
Para saber si lo tuyo es vocacional, podrías hacerte unas preguntas al respecto:
- ¿Me interesa escuchar la visión del otro sobre su propia imagen?
- ¿Soy capaz de interpretar el lenguaje no verbal de los demás para reconocer algún problema en su forma de comunicarse a través de su imagen?
- ¿Entiendo que mis gustos personales no deben interferir en la forma de verse de los demás?
- ¿Qué siento mientras escucho a alguien expresarse de forma emocional? ¿Evado? ¿Escucho? ¿Analizo? ¿Juzgo?
- ¿Cómo sabré si alguien necesita una guía extra en áreas de psicología en caso de que mi servicio no sea lo necesario para sus problemas de imagen?
Y hay muchas otras preguntas más, pero creo que con estas puedes empezar a plantearte si en verdad el asesoramiento es un llamado vocacional o solo un título que te encantaría tener.
¿Cómo darte cuenta de tu vocación?
Voy a decir que cuando me inscribí en esta carrera mi intención era la de trabajar comunicación e imagen desde el área del periodismo de moda, y no necesariamente desde las consultas personales. Sin embargo fueron las primeras prácticas con clientes reales las que cambiaron mi panorama y fue así como me vi envuelta en una dinámica más gratificante y atrapante, que es la de escuchar al otro, abrirle un abanico de posibilidades, guiarle en un camino donde se siente a solas e incomprendida, para luego empoderarle con información justa y personalizada, lo que me hizo dar un giro con la carrera.
Más adelante fue ir probando y conociendo mis aptitudes como profesional. Me encantaba la posibilidad de dar alternativas reales al vestir, de bajar a tierra información que parecía inalcanzable para muchas mujeres, e incluso el poder hablar de la moda desde un lugar más sencillo, emocional y personal, tal como lo quería ver en aquellos artículos de revista que un día me propuse publicar. Acá todo era práctico y real, y eso me convenció de que el asesoramiento era mi vocación.
Estudiar asesoramiento ¿y luego qué?
Las clases (donde sea que decidas tomarlas) son una revolución de emociones. Ir descubriendo tanta información sobre imagen, moda, y demás es algo adictivo por momentos, pero que también nos puede tender una trampa, que es la de creer que lo que está en los libros es la vida misma. Y no.
Una vez terminados tus estudios, oblígate a practicar, a conversar con mujeres que tengan planteamientos cotidianos, reales, crudos sobre su propia imagen y ahí es donde notarás si esto es para ti o no.
Si practicas, ganas. No sólo experiencia sino una perspectiva mucho más humana sobre nuestro trabajo y eso engancha a futuros clientes, te lo aseguro.
Así que como conclusión, no te apresures a decir » quiero ser asesora para trabajar en moda» y ya, averigua muy bien tus posibilidades laborales, la realidad de este trabajo y claro, compagínalo con otras áreas que pueden ofrecerte más herramientas que te ayuden a diferenciarte y encontrar tu real vocación dentro del asesoramiento.
¿Te has convencido de que esto es lo tuyo? Te invito a conocer la propuesta que tengo para ti con el Programa Superior de Imagen Personal, donde podrás estudiar, practicar y tener una amplia visión de cómo sería tu futuro laboral ejerciendo como asesor de imagen.