Como asesora de imagen, tu rol no se limita solo a ayudar a elegir prendas bonitas. También eres una guía para tus clientas, una voz que las acompaña a tomar decisiones más alineadas con su identidad, sus necesidades… y su entorno. Y ahí entra un tema que vale la pena reflexionar: ¿fast fashion o prendas clave?
Fast fashion: ¿qué hay detrás?
El fast fashion —esa producción masiva de ropa barata, pensada para durar poco y cambiar cada temporada— es una respuesta rápida (y superficial) a una necesidad real: sentirnos bien con lo que vestimos.
Sin embargo, su coste va mucho más allá del precio de la etiqueta:
- Tiene un fuerte impacto ambiental
- Suele implicar condiciones laborales poco éticas
- Fomenta el consumo compulsivo y la acumulación innecesaria
- Desconecta del estilo personal real de cada persona
Como asesora (o futura asesora), es importante que conozcas esta realidad y aprendas a acompañar desde otro lugar, con más conciencia y propósito.

¿Cuál es la alternativa? Apostar por prendas clave
Desde el Instituto de Imagen Personal promovemos una forma de asesorar basada en el autoconocimiento, la coherencia y el valor real de las prendas. Por eso, te animamos a construir armarios funcionales, con piezas bien pensadas, que conecten con la esencia y el estilo de cada persona.
Y no, no se trata de que todas tus clientas deban tener lo mismo. Al contrario: lo más valioso es que puedas ayudarlas a identificar qué les funciona a ellas, según su silueta, su rutina, sus colores y su energía.
🎥 En este vídeo —Prendas básicas según tu estilo. ¡Olvídate del negro y el blanco!— encontrarás una guía muy clara para repensar el concepto de “básico” en el armario. Spoiler: no todas necesitan una camisa blanca o un pantalón negro. Lo básico debe ser personal y útil.

¿Qué puedes aconsejar desde un enfoque más consciente?
Aquí tienes algunas claves que puedes empezar a aplicar desde ahora o incluir en tu práctica profesional si decides formarte:
- Promueve calidad antes que cantidad: Una prenda bien elegida puede durar años y adaptarse a distintos contextos.
- Fomenta el estilo propio, no la tendencia del momento: Cuando una clienta se conoce, deja de necesitar comprar por impulso.
- Ofrece herramientas, no reglas rígidas: Acompáñalas a crear su propia lista de básicos, según su cuerpo, estilo, rutina y colores.
- Inspira creatividad: Enseña a combinar, reutilizar y disfrutar lo que ya tienen en su armario.

¿Te gustaría formarte como asesora de imagen?
En el Instituto de Imagen Personal te acompañamos a desarrollar una mirada profesional completa: con bases técnicas sólidas, sensibilidad estética y un enfoque ético y consciente.
Porque asesorar no es solo vestir bien. Es transformar cómo las personas se ven, se sienten y se expresan en el mundo.