La Semana de la Moda de París acaba de cerrar su edición otoño/invierno 2025, marcando la última parada en el mes de la moda. Después de Nueva York, Londres y Milán, París reafirmó su lugar como la cumbre del lujo y la creatividad, con colecciones que van desde el surrealismo extremo hasta el minimalismo más clásico.
Te dejo 5 desfiles imperdibles que definieron la temporada.
Daniel Roseberry, director creativo de Schiaparelli, presentó «Estrella Solitaria», una colección que equilibra fuerza y feminidad, inspirada en la idea de la mujer poderosa e irrepetible. Este desfile exploró la dualidad entre volumen y estructura marcada, reflejando el control y el empoderamiento, mientras que las siluetas más fluidas aportaron un aire bohemio y sensual. Su herencia texana quedó plasmada en hebillas metálicas, botas cowboy y chaquetas de piel con flecos, fusionando el universo Schiaparelli con un imaginario western sofisticado.
Rick Owens volvió a desafiar la moda convencional con una colección que fusionó futurismo, brutalismo y misticismo gótico. En una pasarela iluminada con luces frías y envuelta en humo, los modelos aparecieron con abrigos de gran tamaño, capas estructuradas y vestidos deconstruidos, en una paleta dominada por el negro, el gris y el plateado. El uso de tejidos brillantes, cuero grueso y drapeados imposibles reforzó su estética postapocalíptica, mientras que las botas y los guantes extralargos le dieron ese sello inconfundible.
Para el invierno 2025, Balenciaga apostó por la funcionalidad y la sastrería impecable, presentando lo que Demna define como su colección más ponible hasta la fecha. En un escenario laberíntico donde todos tuvieron vista de primera fila, la pasarela se inauguró con trajes entallados, abrigos largos, trench coats estructurados y camisas blancas reinventadas como bustiers esculpidos, combinados con minifaldas y denim de tiro bajo. Más que llamar la atención, Demna buscó crear piezas que perduren, priorizando el diseño sobre el espectáculo, con el objetivo de que cada prenda se convierta en un imprescindible atemporal.
Seán McGirr se sumergió en el romance oscuro al estilo McQueen, con vestidos de cuellos altos, hombros exagerados y corsetería adornada con joyas. El desfile comenzó con looks negros góticos, pero pronto incorporó colores como rojo sangre, magenta y lavanda, con volantes en capas y hombros emplumados. También se destacaron tejidos gruesos y camisas arrugadas, evocando la Irlanda natal de McGirr y el estilo Isabelino.
Louis Vuitton presentó una colección donde Nicolas Ghesquière fusionó su estética retro-futurista con referencias viajeras. Destacaron chaquetas de lluvia translúcidas, bermudas de cuero, capas de cuadros oversize y vestidos de terciopelo con cristales, junto con sombreros esculturales, bufandas monogram y bolsos statement, incluido uno en forma de farola parisina. Con la reciente noticia del lanzamiento de la línea de belleza de Pat McGrath para la maison, el desfile cerró con un maquillaje New Wave, reafirmando que Louis Vuitton sigue explorando el futuro de la moda.
Como última parada del mes de la moda, París nos recordó por qué sigue siendo el epicentro de la creatividad y el lujo. Desde el surrealismo extremo de Schiaparelli, hasta la estética postapocalíptica de Rick Owens, cada desfile nos transportó a un universo diferente, consolidando tendencias que veremos en los próximos meses.
Y ahora, la pregunta es: ¿cuál de estos desfiles te gustó más?🇫🇷
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